Whatsapp es un mundo aparte. Todo el mundo lo odia, pero al final nadie sabe vivir sin él. Si das una vuelta a tu agenda, pocos valientes conocerás que dieran el paso de borrarlo de su teléfono. Como mundo aparte que es, tiene sus propias reglas, miles de usuarios diferentes y millones de mensajes que hacen imposible llevar una vida ordenada y atenderlo a la vez. Como todo en esta vida, WhatsApp también tiene su agujero negro: los grupos.

Cualquier grupúsculo de población tiene su grupo. Y cualquier evento, por supuesto. Por un lado están los grupos permanentes, que viven momentos álgidos y otros más tranquilos, y luego están los efímeros (cumpleaños, boda, vacaciones…) que, precisamente por el poco tiempo que duran, provocan muchos más dolores de cabeza.

Haz un repaso y verás que hay grupos de todos y para todos, y lo peor es que casi no se puede escapar de ellos: familia, amigos, primos, amigos sin uno que nos cae mal, trabajo, trabajo sin el jefe, los del equipo… si fuerzas tienes un grupo contigo mismo para mandarte cosas de las que no te puedes olvidar.

Muchos de los grupos tienen fecha de caducidad, aunque nadie sabe cuándo es el momento de irse. Eso sí, siempre nos quedará la figura del valiente, ese que abre la veda y se marcha del grupo justo después del día de la boda. Y todos le siguen, porque alguien tenía que hacerlo.

Pero, ¿cuáles son esos grupos terroríficos de los que todo el mundo quiere huir pero luego nadie saber vivir sin ellos?

Familia: no hay un móvil en el mundo sin este grupo. Todos los evitamos pero acaba llegando. Si tienes suerte lo abre uno de tus padres y solo mete a los hermanos, pero si se va de las manos entran primos, tíos, abuelas… Es una auténtica batalla diaria de mensajes de buenos días, de bulos que todos sabemos que son mentira y mensajes de gatitos para desear una buena semana. Sí, deberían prohibirse.

Amigos: aquí tenemos que diferenciar el grupo diplomático (en el que están todos) del grupo escisión, en el que están todos menos uno que nos cae mal. En este grupo hay que tener especial cuidado con las descargas automáticas, porque se envía material sin filtro. Su utilidad es evidente: gestionar quedadas y recordar al día siguiente todo lo que pasó por la noche.

Grupo del trabajo: en este grupo hay muchos ‘depende’. Depende de si está el jefe, de si es un tío enrollado y, a su vez, depende del uso que tenga. Si es una extensión del trabajo en la oficina, que Dios te coja confesado. Si únicamente es para información puntual y alguna gracia de vez en cuando, bienvenido sea.

Amigos de colegio: en pocas palabras, una de las peores invenciones que existen. Si los caminos del señor nos separaron después de la ESO, por algo sería.

Grupos de corto alcance: creados para organizar una boda, una despedida o un cumpleaños. Son un nido de gente emocionada, gente pasota y gente que está dentro pero no sabe si podrá asistir al evento. Como son de duración limitada, hay días en esos grupos que se transforman en un infierno.